Del fútbol y otras pasiones: Mundial 2014 rumbo al 2018
Este post no hará referencia a moda pero si a un
evento que está de moda. Nada más y nada menos que: el mundial. El evento más
grande del deporte rey.
(La de celeste detrás del jugador agachado soy yo)
Si bien existen diferentes pasiones en cada uno, nos
une un mismo sentimiento: el amor por el fútbol.
Muchos de
nosotros, en casa tenemos aficionados(as) al fútbol que pueden pasar horas y
horas en el televisor, ansiosos(as) por ver ganar a su equipo o siendo
cancheros(as) comparando quién es mejor a quien, apostando por su jugador o por
el mismo partido. Ahora, más que nada siento que no sólo serán ellos(as)
los(as) ansiosos(as) porque es un evento mundial que une a la familia, a las
parejas, grupo de amigos (no hablo solo de los hombres sino de manera general).
Un momento de compartir y a lo mejor, uno de los temas en común del momento.
Un mismo grito para todos pero diferentes
sensaciones en cada uno. Varias canciones, barras, pequeños versos que se inventan
al instante (les soy sincera, los admiro, a mí me tomaría más tiempo ingeniar
algo así en cuestión de segundos) haciendo resonar el estadio. Repleto de gente
y una energía viva, si puedo describirlo así. No son mentira las expresiones de
las personas o la posición de las cámaras
cuando las vemos por la tele. Lo único que varía son las proporciones de
los jugadores, pensaba que eran más pequeños y no tan musculosos.
Lo maravilloso de este deporte son los goles. ¡Vaya!
Es magnífico como hacen temblar el estadio acompañado con la barra de los
hinchas. Pero en cada grito de ánimo, de aliento, de enojo, de decir:
- ¡Árbitro
pagado!
-¡Amaguee!
-¡¡Oleeeeeé!!
-! Dale papuuu!
-¿por qué no pateaste fuerte?
- ¡¡¡noooooo!!! ¡Tenía que será por la izquierda!
-¡¡¡noooo!!! ¡¡Por la derecha!!
-¡¡Uy!!
¡Qué sé yo! Tantas formas de expresarse en cada país
y en el mundo. Más aún si tienes gente extranjera a lado tuyo, tan cerca. Y
cada vez estoy más convencida que realmente no es lo mismo verlo a través de la
televisión que vivirlo en vivo y en directo. Ir al mundial de Brasil 2014, fue
la mejor experiencia y el mejor ejemplo que tengo.
Una sensación que no sé cómo describirla, pese a que
no era fanática del fútbol ni mucho menos hincha de alguna selección en especial.
Seguro que debes estar pensando: ¿y por qué me
hablas de este tema?, ¿por qué fuiste si no te gustaba?, desperdicio de plata,
era que vayan tus hermanos, ahora presumirás, yo no gano ni un chicle o
chocolate. Sí, yo también lo pensé. Pero, ¿sabes? Más allá de que no me
gustaba, fue la mejor oportunidad para poder disfrutarlo y entender ese
quisquilleo interno que tienen. No solo es eso, sino que ganar un concurso y
que tengas esa oportunidad es invaluable. Y si aparecen concursos u
oportunidades, aprovéchalos. No sabes cuándo puede ser tu momento. No importa
si es para algún canastón o para un viaje. ¡Hazlo! Y si no te sale, sigue
participando... pero enserio, por más cliché que suene dicha frase. A lo mejor
te sale un hotel 5 estrellas, que agarres la bandera de la FIFA en la cancha
entrando con los jugadores por detrás tuyo, todo pagado, con un itinerario
difícil y sobre todo una buena compañía, en mi caso, mi abuelito.
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